«Nunca antes habíamos tenido una generación tan formada y con tanto potencial, pero al mismo tiempo sometida a tanta presión y enfrentada a tantas dudas sobre su futuro», afirma Bruno António, experto en juventud y ponente principal de «¡Tu Europa, tu voz!» 2025. El Sr. António conversó con EESC Info sobre cómo proyectar las voces de los jóvenes y por qué, en un momento en que la discriminación y la xenofobia están ganando terreno en Europa, es crucial que los futuros programas de la UE para la juventud sigan enseñándoles la importancia de la democracia.
1. ¿Adoptan los jóvenes de hoy una actitud pasiva o activa en la vida política y comunitaria? ¿De qué manera pueden participar más en la elaboración de políticas?
Diversos estudios demuestran que a los jóvenes les importa y que participan activamente. Si consideramos que el compromiso político consiste en tener conciencia de los problemas sociales críticos, es evidente que los jóvenes están actuando para impulsar el cambio. Lo más interesante es la manera en que deciden participar. Las formas tradicionales de participación incluyen el voto, el voluntariado en ONG o la afiliación a las secciones juveniles de partidos políticos. Hoy en día, estas modalidades de participación parecen gozar de menos popularidad entre los jóvenes, que prefieren influir en la elaboración de las políticas públicas firmando peticiones o participando en protestas, así como de otras formas innovadoras. En la Red DYPALL estudiamos estas herramientas de participación, que incluyen consultas, participación en consejos locales de juventud y otros mecanismos locales de diálogo juvenil. Observamos un gran interés de los jóvenes por participar, pero la mayoría de los mecanismos convencionales siguen sin estar adaptados a la juventud ni ser realmente significativos.
2. Los recientes resultados de las elecciones europeas y las encuestas nacionales muestran que muchos jóvenes han votado a partidos de derechas. ¿Por qué cree que esto es así? ¿Considera que es una tendencia preocupante que podría poner en peligro valores europeos como la igualdad y la inclusión?
El aumento del voto de derechas entre los jóvenes es una tendencia preocupante. Creemos que tiene su origen en la insatisfacción con la política dominante, una profunda desconfianza en las instituciones políticas, el deseo de una identidad nacional fuerte y el temor en cuanto a la seguridad económica y social. Tenemos que estar en condiciones de comprender las causas profundas de estas alarmantes tendencias de voto. Esta generación ha crecido en una época de crisis constantes e incertidumbre acerca de su futuro. Nunca antes habíamos tenido una generación tan formada y con tanto potencial, pero al mismo tiempo sometida a tanta presión y enfrentada a tantas dudas sobre su futuro. Los algoritmos de las redes sociales amplifican los contenidos polarizadores, moldeando así las opiniones.
Todo esto genera incertidumbre sobre el futuro. Por un lado, votar a partidos populistas puede ser tanto una forma de protesta como de insatisfacción general. Pero, por otro, también puede reflejar el deseo de una voz fuerte en el poder que aporte una sensación de seguridad. Sin embargo, la historia ha demostrado que, cuando estos partidos populistas de derechas llegan al poder, los jóvenes suelen perder la esperanza y sentirse traicionados. A menudo, ya es demasiado tarde cuando se dan cuenta de que les están arrebatando o están poniendo en tela de juicio sus derechos, libertades y otros valores importantes para ellos.
Esta tendencia ya está poniendo en peligro nuestros valores europeos, algo que podemos ver no solo en el discurso político, sino también en la vida cotidiana de las personas de nuestras comunidades, donde los actos de xenofobia o discriminación hacia los que son diferentes se están normalizando. Por tanto, es esencial que los futuros programas de la UE para la juventud sigan apoyando a los jóvenes, de modo que comprendan la importancia de la democracia, aprendan sobre ella y la experimenten, y ayudarlos al mismo tiempo a desarrollar las capacidades necesarias para crear resiliencia frente a las amenazas que plantean los movimientos antidemocráticos.
3. ¿Hasta qué punto son conscientes los jóvenes europeos de lo que la UE hace por ellos? ¿Cómo se les puede animar a interesarse más por la UE? ¿Cómo valoraría usted los esfuerzos de comunicación de la UE?
Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el grado de sensibilización entre los jóvenes acerca de lo que la UE hace por ellos es definitivamente mayor que en las generaciones de más edad. Los programas para la juventud como Erasmus+, el Cuerpo Europeo de Solidaridad (CES) y DiscoverEU contribuyen a crear este sentimiento de pertenencia a una identidad europea, y deberían reforzarse y ponerse al alcance de todos los jóvenes de Europa.
Pero ¿son realmente conscientes de lo que Europa hace por ellos? En nuestra opinión, no. La capacidad de la UE para demostrar su impacto en la sociedad —especialmente en los jóvenes— aún debe visibilizarse más y comprenderse mejor. Las decisiones que toman las instituciones de la UE tienen una enorme repercusión, lo que debería empujar a los jóvenes a interesarse más por los asuntos de la UE. ¿Cómo? Se me ocurren dos ideas: las instituciones de la UE tienen que enviar un mensaje que abra los ojos a la juventud para esta que vea que lo que se decide en la UE afecta directamente a sus vidas. Asimismo, deberían ampliar los programas que brindan a los jóvenes más oportunidades de conocer, experimentar y descubrir la UE, lo cual puede fortalecer los sentimientos de pertenencia, empatía, conexión y amistad entre los europeos.
A pesar del enorme esfuerzo realizado por las distintas instituciones de la UE para llegar a sus ciudadanos y de las importantes mejoras en diversas campañas y herramientas, no podemos decir esto sea suficiente. En la práctica, suelen estar alejadas de la realidad de los jóvenes.
Aunque la UE ha progresado mucho en cuanto a su presencia en redes sociales y a las campañas dirigidas a los jóvenes, sus mensajes siguen sin lograr establecer un grado de conexión suficiente, especialmente con respecto a la juventud heterogénea de nuestras sociedades. Los esfuerzos de comunicación de la UE deben seguir desarrollándose y estructurándose mediante la incorporación de nuevos métodos para llegar a la juventud, como la contratación de ONG juveniles en calidad de embajadoras de la gente joven, el desarrollo de plataformas descentralizadas de divulgación y la estructuración de campañas narrativas que conecten las políticas de la UE con experiencias cotidianas percibidas como cercanas. En este contexto, es esencial experimentar con nuevos enfoques de comunicación y hacer que los jóvenes participen directamente en la creación y realización de campañas y otras iniciativas de comunicación.
2. ¿Cómo podemos proyectar las voces de los jóvenes?
Tomándolos en serio y reconociendo su valor. Las instituciones tienen el poder y la capacidad de proyectar las voces de los jóvenes, pero en ocasiones falta la voluntad de proporcionarles el espacio, el apoyo, las oportunidades y las herramientas para que participen de forma significativa. La participación de los jóvenes no debe tratarse como una lista de comprobación: invitar a los jóvenes a actos públicos, hacer fotos para las redes sociales y desatender sus aportaciones. La participación de la juventud tiene que tener repercusiones, es decir, los jóvenes tienen que ver los resultados de su compromiso y los cambios que este produce.
Para proyectar las voces de los jóvenes es necesario el apoyo institucional, como la representación juvenil en los órganos decisorios. También hace falta generar confianza, lo cual requiere tiempo y espacios y procesos de calidad para trabajar juntos. Para que esto ocurra, hay que asignar una financiación adecuada, y las instituciones necesitan capacidad para trabajar mejor e implicar a los jóvenes en la toma de decisiones. Esto exige inversión, compromiso auténtico y tiempo.
Bruno António es director ejecutivo de la Red DYPALL, una plataforma europea de organizaciones de la sociedad civil, entes locales y centros de investigación dedicada a promover la participación de la juventud en la toma de decisiones a escala local. Durante los últimos doce años, Bruno ha trabajado como experto en juventud y consultor externo para varias instituciones, como la Comisión Europea y el Consejo de Europa. Anteriormente, fue secretario general de Youth for Exchange and Understanding, así como director ejecutivo de la Cooperativa de Educação, Cooperação e Desenvolvimento (ECOS). Es licenciado en Educación Social por la Universidad del Algarve, en Faro (Portugal).
Ocultar