Por Alena Mastantuono

Cada año, más de diez millones de pacientes en Europa se benefician de la medicina nuclear a través del diagnóstico y el tratamiento de enfermedades como el cáncer o de problemas cardiovasculares y neurovasculares.

Las tecnologías radiológicas y nucleares que utilizan radioisótopos son esenciales en la lucha contra el cáncer en todas las etapas de la atención sanitaria, en la detección precoz, el diagnóstico, el tratamiento y los cuidados paliativos.

El número de pacientes que se benefician de la medicina nuclear está aumentando, sobre todo debido a los avances científicos. Investigadores y empresas europeas han desarrollado algunas de las últimas innovaciones en las terapias contra el cáncer dirigidas con radioligandos, como los medicamentos destinados a tumores de cáncer endocrino y de próstata y sus metástasis. Por ejemplo, el lutecio-177 es un radioisótopo con grandes posibilidades para el tratamiento del cáncer de próstata, que provoca cada año 90 000 muertes en Europa. En comparación con los tratamientos tradicionales, la terapia moderna por radionucleidos permite una buena localización de las células cancerosas y a menudo es menos perjudicial para el organismo. Decenas de miles de pacientes confían en la terapia con radionucleidos dirigida para cánceres que con frecuencia no tienen tratamiento alternativo.

Sin embargo, antes de llegar al paciente, la cadena de suministro de la medicina nuclear es muy compleja, ya que abarca el suministro de materiales básicos y su almacenamiento, la irradiación, la transformación, la logística y la aplicación. Una vez producidos, los radioisótopos deben transformarse, expedirse y utilizarse en un plazo relativamente corto, algunos el día mismo y otros durante solo unos pocos días, en función de su vida media. Son perecederos a muy corto plazo,

por lo que es sorprendente que estas características no se tengan en cuenta en el transporte transfronterizo ni en los procedimientos aduaneros. Por ejemplo, en lo que se refiere al transporte transfronterizo, existen diversas barreras que dan lugar a situaciones en las que puede darse prioridad a unos camarones frente a radioisótopos que van a salvar la vida de un paciente.

Por ello, en su Dictamen sobre el abastecimiento de radioisótopos para uso médico, el CESE pide una mejor cooperación entre los Estados miembros para eliminar los obstáculos normativos. El Dictamen examina todas y cada una de las fases de la cadena de suministro de radioisótopos en Europa y pone de relieve los obstáculos para las entregas transfronterizas, así como las dependencias de terceros países. También propone soluciones para las infraestructuras que faltan en Europa y destaca la necesidad de coordinación en I+D.

En las recomendaciones formuladas en nuestro Dictamen, el CESE sigue las conclusiones de la cumbre de jefes de Estado o de Gobierno de la UE celebrada en abril, que subrayaron la necesidad de reducir las dependencias estratégicas de Europa en sectores sensibles como la salud y las tecnologías críticas. También destacaron, en consonancia con el informe de Enrico Letta, la necesidad de centrarse en la prestación transfronteriza de servicios, así como en la circulación transfronteriza de mercancías, incluidos bienes esenciales como los medicamentos.

Europa tiene que ofrecer incentivos a la producción que garanticen una mayor autonomía estratégica en el suministro de radioisótopos. A pesar de ser líder mundial en el suministro de radioisótopos para la medicina, Europa presenta una dependencia crítica de los Estados Unidos y Rusia para el suministro de uranio metálico poco enriquecido de alta concentración y para el suministro de algunos isótopos enriquecidos para actuar como blancos con vistas a la producción de radioisótopos.

La UE sigue dependiendo en gran medida de Rusia para el suministro de blancos de isótopos estables que permitan producir determinados radioisótopos de radioterapia molecular moderna o en desarrollo, como el iterbio-176 utilizado para producir lutecio-177.

Esto supone un verdadero reto para la cadena de suministro de este radioisótopo concreto, para el que se espera que la demanda mundial se triplique en los próximos años.

La cadena de suministro depende también de los patrones de producción en reactor o acelerador, de su transformación y de su entrega al hospital. Para garantizar la igualdad de acceso a la asistencia sanitaria, los Estados miembros, en particular los centros de investigación y los hospitales, deben colaborar más estrechamente. El acceso a las radioterapias sigue sin ser equivalente en todos los Estados miembros, sobre todo en las fases experimentales y de estudio piloto. El objetivo es proporcionar un acceso más rápido a los medicamentos en fase de investigación o de uso compasivo y mejorar el acceso de los hospitales pequeños que puedan carecer de experiencia e infraestructura, algo que puede ser vital para algunos pacientes.

La financiación europea de la investigación, el desarrollo y la innovación de la medicina nuclear, en particular en el marco del programa Horizonte y de Euratom, es esencial para responder a las necesidades de los pacientes. Europa debe contar con proyectos estratégicos de interés común en este ámbito dentro del futuro marco financiero plurianual (MFP) de la UE. La estrategia Samira de la Comisión Europea y la Iniciativa del Centro Europeo de Radioisótopos (ICER) en relación con el Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer son proyectos valiosos. La Comisión Europea debe ir más allá e incluir la medicina nuclear de forma más destacada en el Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer y en la Misión sobre el Cáncer de Horizonte Europa.

Los Estados miembros también deben financiar políticas de salud pública centradas en las tecnologías radiológicas y nucleares para uso médico. Esto transmitirá una buena señal a la industria y permitirá el desarrollo y el crecimiento de la investigación y la innovación, así como de las infraestructuras industriales en Europa. También atraerá a más personal al sector.

En definitiva, solo si tomamos decisiones políticas audaces podremos garantizar mejor el suministro de radioisótopos en Europa y satisfacer la demanda creciente de los pacientes.