por Stefano Mallia (presidente del Grupo de Empresarios del CESE), Gerardo Cuerva (presidente de Cepyme) y Petri Salminen (presidente de SMEUnited)

En los últimos años, las microempresas y pequeñas y medianas empresas de Europa han debido afrontar las crisis mundiales de mayor envergadura desde la Segunda Guerra Mundial, pero han mostrado, pese a ello, su resiliencia. Europa no puede permitirse que sus pymes fallen en su adaptación a las transformaciones en curso. A continuación, sintetizamos los principales retos a los que se enfrentan las pymes europeas.

La avalancha normativa resulta abrumadora para las pymes, por lo que pedimos a la UE que se atenga al compromiso asumido en el paquete de ayuda a las pymes de tomar medidas que velen por que la legislación tenga en cuenta las necesidades y características concretas de las pequeñas empresas.

Otro de los principales retos es conseguir personal cualificado: las pymes europeas se enfrentan a enormes problemas a la hora de contratar personal debido al cambio demográfico, lo que hace necesario tomar medidas en todos los ámbitos.

Facilitar el acceso a la financiación es un tercer reto para los años venideros. Para superarlo será necesario facilitar el acceso de las pymes europeas a sistemas de financiación y mercados alternativos y establecer normas que incentiven la inversión en las pequeñas empresas, además de luchar contra la lacra que supone la morosidad.

Facilitar la doble transición ecológica y digital para las empresas es un desafío de gran magnitud y no podremos llevarlo a buen término sin las pymes europeas. Por ello, las instituciones de la UE deben implicar a las pymes en esos procesos y alentarlas a que desempeñen un papel de liderazgo.

Por otra parte, pedimos que se reevalúe la posición en que nos encontramos en cuanto a la consecución de los objetivos fijados por el Pacto Verde. Consideramos necesario hacerlo a fin de garantizar que es plausible alcanzar esos objetivos y que, si no lo fuere, se entable un debate con las empresas privadas para fijar nuevos objetivos con plazos realistas.

Nada de lo anterior sería posible sin un marco económico estable que genere seguridad. Ante unos equilibrios económicos y comerciales en continuo desplazamiento y los complejos desafíos en materia de competitividad que acucian a Europa, debemos crear un mercado único que permita a las pymes alcanzar todo su potencial.

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